Hace unos días platicaba con mi esposo sobre lo injusto que me parecen los viernes de Consejo Técnico Escolar, porque siempre son las madres las que terminan organizando qué va a pasar con sus hijos ese día. Y al día siguiente de hecho lo platiqué con ustedes en mis Historias de IG.
El punto es que al final de la plática dije algo así como: eso es machismo. Y no sé en qué momento el concepto terminó en oídos de mi hija como: el machismo nos oprime (o algo parecido). Ella tiene tres años y medio y aún no sabe que en México matan a 10 mujeres al día, o que por el hecho de ser mujer habrá cosas que le costarán más trabajo que a los hombres (con la esperanza de que cuando ella crezca sean muchas menos.)
Pero con todo y sus tres años tiene conceptos muy claros que no le enseñé yo y ha tomado de la cultura en la que vivimos. Como que el futbol es para los niños, porque todas las ligas deportivas que ve en la televisión son varoniles, porque a los que ve jugar futbol en su escuela seguro son puros niños, porque probablemente algún niño ya le dijo: tú no puedes jugar porque eres niña. Porque aunque yo le diga que parte de mi infancia y toda mi juventud jugué futbol, ella nunca me ha visto hacerlo aún.
También tiene muy claro que el rosa es el color de las niñas y que el azul es de los niños. Aunque este último sea su favorito. Un día de plano soltó en llanto y yo no sabía cómo explicarle que no la podía llevar al baño de su color favorito (que tenía un letrero azul para referirse al baño de hombres). Afortunadamente se nos ocurrió que su papá la acompañara. Y fue feliz de poder ir al baño con el color que a ella le gustaba.
Ayer esta hija de la que les hablo despertó sin ganas de peinarse. Fue todo un pleito y a las 7.30 de la mañana mi primera reacción fue decirle que es regla del colegio que todos deben ir peinados. A lo que ella pronto me contestó: mamá pero mi compañerito Leonardo nunca va peinado. Cómo le explicas a tu hija de 3 años que ella sí se tiene que peinar? De hecho me cuestioné si en realidad la tenía que peinar, de dónde viene esa necesidad? Por qué Leonardo puede ir a la escuela muy despreocupado sin peinarse, tal vez dormir 5 o 10 minutitos más y mi hija no? Con la poca claridad de la mañana atiné (no sé si bien o mal) a decirle que era importante peinarla para que no tuviera el pelito en su cara y pudiera aprender mejor y disfrutar sus clases. No sé si mi respuesta estuvo bien, no sé si es lo correcto peinarla todos los días, no sé que hacer con todos estos temas, pero sí se que son cosas que irá viviendo a lo largo de su vida, cosas que Leonardo y otros niños no van a vivir. Cosas que no vivió mi esposo, que se sacó mucho de onda al escuchar de voz de mi hija que el machismo nos oprime. Y yo le contesté tranquilo, decir eso nos empodera. Él se me quedó viendo con cara de: de qué habla esta loca mujer? En el momento no supe cómo explicarle a él que decirlo nos empodera y por eso escribí este texto.
Para cambiar las cosas primero hay que visibilizarlas, para hacerlas visibles antes hay que nombrarlas. Llamar a las cosas por su nombre, es solo el primer paso de una serie de pasos que nos ayudan a hacer conciencia, encontrar representación, para después actuar, y eventualmente sanar. Así que sí, llamar al machismo por su nombre y señalarlo cada vez que nos lo topamos es muy empoderador, liberador y sanador. Es el principio de un camino largo que recorrer para al final llegar a un mejor lugar para nuestras hijas.
Comentarios
Publicar un comentario
Hola! Muchas gracias por pasar, tus comentarios son muy importantes para mí. Saludos de Carly the Beat!